Hay dos palabras que podemos encontrar en internet cada dos segundos: Marketing y Emprendimiento. Ambos términos son relativamente nuevos o contemporáneos, y aunque guardan estrecha relación, no significan necesariamente lo mismo. La pregunta es: ¿Realmente sabemos lo que significan esas palabras?

Comencemos por la palabra “Marketing”, cuya definición básicamente establece que refiere a mercadeo, es decir, a todo aquello que de una u otra manera busca crear un producto o servicio con características específicas que convencen a un público de pagar por ello.

Por otro lado tenemos el término “Emprendimiento” que se trata de aquel fenómeno en el que un emprendedor es capaz de identificar las necesidades de un público para, a través de sus propias ideas y recursos, crear con mucha creatividad e ingenio, un producto o servicio que satisfaga dichas necesidades.

Ahora, como dijimos al principio; aunque guardan mucha semejanza, no son precisamente lo mismo, por ello a continuación te presentamos lo que consideramos las tres principales diferencias entre Marketing tradicional y Marketing para el emprendimiento:

• En el marketing tradicional, es decir, en su definición original, las empresas buscan convencer a los consumidores de que lo que ellos ofrecen es lo que ellos necesitan. Puede sonar un poco frívolo, pero al final de cuentas no es algo reprochable pues a nadie se le obliga a pagar nada. En el marketing tradicional, si bien existe toda una publicidad encargada de lograr que compres el producto o pagues por el servicio, al final de cuentas es el consumidor quien tiene la última palabra y decide si lo hace o no.

En marketing para emprendimiento, la cosa es distinta. En el Marketing para emprendimiento la atención no está centrada en el producto o servicio que se ofrece, sino que por el contrario, el principal foco de atención radica en el consumidor mismo. Esto garantiza que la oferta (producto o servicio) sea más eficaz porque atiende una necesidad realista y no infundada.

Es importante entender que dentro del marketing, sea tradicional o de emprendimiento, hay un principio de economía básica muy intrínseco: se ofrece un producto o un servicio, según sea la naturaleza del mercado, y para poder entender dicho mercado es provechoso definir cada uno.

Servicio se refiere a todas aquellas acciones en las que facilitas la vida de las personas a través de alguna acción que les beneficia y que ellos no pueden realizar por sí mismos o por las que preferirían pagar para que alguien más lo haga por ellos. Ejemplo: Llevar las cuentas de un negocio, administrar redes sociales o traducir un texto.

Producto, por otro lado, se refiere a un material concreto que cumple con las mismas características del servicio, pero con la diferencia de que no se trata de una acción sino de un artefacto en particular que les resulta útil al consumidor según sus propósitos. Un ejemplo de un producto sería un software para llevar cuentas mercantiles, o una computadora con características específicas para dichas funciones.

De un modo u otro, es importante aclarar que en el Marketing para Emprendimiento (a diferencia del Marketing tradicional, es decir, aquel que suelen desarrollar las empresas) la atención se centra en descifrar los verdaderos requerimientos del consumidor, para así no tener que trabajar demasiado en convencerlo de adquirir el producto o servicio pues resultará bastante obvio que le será sumamente útil.

Una vez que entendemos que esa es la principal diferencia entre Marketing tradicional y Marketing para emprendimiento, es momento de hablar de la segunda diferencia donde entra en juego un factor fundamental: El Emprendedor.

• Recordemos que el emprendedor es aquella persona cuyo ingenio y creatividad le permite identificar una necesidad de un público en particular, la cual a su vez puede satisfacer a través de sus propios recursos.

Otra manera de ver al emprendedor es como un sujeto que no desea ser empleado sino que apuesta por ser él su propio jefe, haciendo lo mismo que podría hacer en una corporación pero con la diferencia de que no gasta esfuerzos en convencer a un público sino que más bien lo estudia para poder identificar su más sincera necesidad y a partir de allí crear un producto o servicio que la satisfaga.

Contrario a lo que muchos puedan creer, el marketing para emprendimiento no fomenta el egoísmo, pues aunque promueve la emancipación y conduce a que los empleados dejen de serlo para pasar a ser sus propios jefes, no existe un emprendedor que haya podido llegar lejos solo, sin un equipo de trabajo que no son empleados de él sino más bien compañeros de proyecto que creen en sus idean tanto o hasta más que él mismo.

Otra razón por la que el marketing para emprendimiento termina siendo algo bastante altruista e incluso muy diferente del marketing tradicional, es el hecho de que no satisface la necesidad de pocos, sino que más bien busca que todos terminen teniendo ganancias, tanto el emprendedor, que obviamente tendrá una ganancia económica, como el consumidor que satisface una necesidad; pero además están todas las personas que de una u otra manera colaboran y que terminan obteniendo un beneficio, tanto económico como de aprendizaje.

Por último, la tercera gran diferencia que consideramos existe entre Marketing tradicional y Marketing para emprendimiento, es que este último se adapta no solo a las necesidades del consumidor, sino también a las del propio emprendedor.

En el Marketing para emprendimiento, el emprendedor se convierte en un elemento sumamente valioso porque se vale de sus propios recursos, se olvida de las grandes corporaciones con grandes capitales y le da un valor altísimo a su creatividad e ingenio desde los cuales termina siendo capaz de crear ofertas que satisfagan las demandas realistas del público consumidor al que ya le ha dedicado tiempo y esfuerzo para entenderlo e identificar sus verdaderas necesidades.

Ahora, una vez que hemos determinado las 3 realidades que diferencias muy bien el Marketing digital del Marketing para emprendimiento, es importante hablar de algo que está muy implícito dentro del segundo: el Marketing digital, también conocido como Marketing Online.

Marketing online o marketing digital, es aquel que está adaptado al dinamismo actual de la humanidad, donde cada vez tenemos menos tiempo para estar en la 1.0 (cara a cara con las personas) y terminamos realizando todas nuestras acciones desde la computadora a través de internet.

Cada día son más las personas que pagan sus servicios básicos desde internet (teléfono, internet, agua, luz, etc) y por ende, el mismo dinamismo de la nueva era hace que nos mantengamos en contacto con nuestros familiares y seres queridos a través de redes sociales.

El marketing digital o marketing online es aquel que va dirigido a ese público que realiza sus actividades principalmente desde la 2.0 (internet) y el emprendedor tiene una gran ventaja para lograr descifrar las necesidades de dicho público: Google.

Google tiene la respuesta a todo. Google lo sabe todo, incluso lo que necesita nuestro cliente.

Si deseas aprender más sobre marketing digital, y especialmente sobre marketing para emprendimiento, de cómo puedes dejar de ser un empleado para formar tu propia marca y de cómo Google te puede ayudar a desarrollar tu propio negocio satisfaciendo tus necesidades, las de tus clientes y generando empleo a amigos y personas cercanas con los mismos interés que tú, no dejes de leernos y de nutriste con la información que gustosamente estamos preparando para ti.